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Embarazo y parto. Recomendaciones para madres y padres
Capítulo VI
2. PARTO
2.1. Los días previos al parto
2.2. Inicio del parto
2.2.1. ¿Estoy de parto?
2.2.2. Cuándo acudir al Hospital
Situaciones normales
Situaciones de alerta
2.2.3. En el Hospital
2.3. Fases del parto
2.3.1. Período de dilatación
Borramiento del cuello
Dilatación
2.3.2. Período expulsivo
2.3.3. Período de alumbramiento
2.4. Partos especiales
2.4.1. Parto provocado o inducido
2.4.2. Parto instrumental
2.4.3.Cesárea
2.5. Analgesia y anestesia durante el parto
2.5.1.Analgesia
2.5.2.Anestesia
Técnicas de anestesia local y regional
Anestesia general
2.6. El papel del acompañante
2.7. Primer contacto con el bebé
2.7.1. La primera exploración
2.7.2. La identificación del recién nacido
2.7.3. El aspecto del recién nacido
2.7.4. Inicio de la lactancia
2.8. La lactancia
2.8.1. Lactancia natural
La postura para dar el pecho
Cómo ayudar al bebé a cogerse al pecho
Extracción y conservación de la leche materna
2.8.2. Lactancia artificial
La postura para dar el biberón
La preparación del biberón
2.I. Los días previos al parto
En las últimas semanas del embarazo aparecen una serie de molestias que
no debes confundir con el inicio del parto. Estas molestias no son iguales
en todas las mujeres, ni tienen la misma duración ni intensidad.
La cabeza del feto se encaja en la pelvis materna y tu vientre puede descender.
Esto puedes percibirlo como un aumento de presión o sensación
de “pinchazos” en la zona baja del abdomen, o como presión
en la vejiga. Es frecuente, que al descender la cabeza, disminuyan los
movimientos fetales y que sean más intensos.
Posiblemente notes endurecimientos del vientre, “la barriga se endurece” pero su frecuencia es irregular. Son contracciones uterinas que todavía no
son dolorosas (aunque pueden ser molestas) y que te están preparando
para el parto. Son más frecuentes por la tarde y por la noche y suelen desaparecer
o disminuir con el reposo.
No se deben considerar como contracciones
de parto. Podrían denominarse “contracciones de entrenamiento” porque no producen dilatación pero sí mejoran las condiciones del cuello
del útero, preparándolo para el parto.
También puede aumentar la secreción vaginal o flujo lo que, a veces,
puede confundirse con la rotura de la bolsa de las aguas.
Algunas mujeres durante este período se sienten más activas, con ganas
de hacer muchas cosas y en ocasiones va unido a un cierto desasosiego o
intranquilidad.
Todos estos cambios son normales y
no debes confundirlos con el inicio
del parto
Debes saber que cada
parto es distinto y no
tiene porqué parecerse a
partos anteriores ni a los
de otras mujeres.
2.2. Inicio del parto
2.2.1. ¿ESTOY DE PARTO?
Es normal que tengas muchas dudas sobre si tu parto se está iniciando, sobre todo si es tu primer embarazo. A veces es difícil saber cuándo se debe acudir al centro hospitalario.
Determinadas circunstancias acompañan al inicio del parto. Si concurren alguna o varias de ellas puedes sospechar que el parto se está iniciando:
• Cuando tengas contracciones intensas, algo más dolorosas y que siguen un ritmo regular, aumentando
progresivamente en duración, intensidad y
frecuencia. Las notarás como una oleada de malestar
general que alcanza un punto máximo y luego
disminuye, acompañadas de un endurecimiento de
la barriga y a veces de dolores de espalda. Estas
contracciones de parto no desaparecen con el
reposo y prácticamente no se alivian con el cambio
de postura.
• Cuando expulses el tapón mucoso. Al comenzar
la dilatación puede desprenderse el tapón de moco
que cerraba el cuello del útero. Se trata de una sustancia
espesa, más densa que el flujo habitual y
que suele estar teñida de sangre. No debes asustarte,
la expulsión del tapón puede ocurrir horas o
incluso días antes del parto.
• Cuando rompas la bolsa de las aguas, el
líquido amniótico puede salir de golpe o poco
a poco. Siempre que se rompe la bolsa de las
aguas se debe acudir al hospital, con mayor
rapidez si el color de este líquido no es claro o
transparente. En las mujeres que rompen la
bolsa antes de iniciarse el parto, éste suele
comenzar espontáneamente a las 12-24 horas
de la rotura.
La señal más clara del
inicio del parto es la
aparición de contracciones que aumentan gradualmente en
duración, intensidad y
frecuencia.
2.2.2. CUANDO ACUDIR AL HOSPITAL
En general y siempre que tu embarazo haya discurrido
de forma normal, no debes precipitarte
en ir al hospital hasta que no estés segura de que
el parto ha comenzado. Los partos suelen ser
lentos, especialmente en las primerizas y salvo
que tengas que recorrer grandes distancias siempre
llegarás a tiempo.
Debes acudir al Hospital:
Situaciones normales
a) Cuando las contracciones comienzan a ser rítmicas y
fuertes y se producen cada cinco minutos, si es tu primer parto, o cada diez minutos, si ya has tenido otro. Si
el hospital está lejos de donde vives tendrás que salir
antes de tu casa.
b) Si has roto la bolsa de las aguas debes también acudir
al hospital, aunque no tengas contracciones.
Situaciones de alerta
1. Si tras la rotura de la bolsa de las aguas comienzas a
expulsar un líquido verdoso o amarillento, o
comienzas a sangrar.
2. Si comienzas a sangrar espontáneamente, hayas o no
roto la bolsa de las aguas. No debes alarmarte con el
ligero sangrado o “manchado” que ocurre con la expulsión
del tapón mucoso o con las primeras contracciones.
3. Si notas un dolor abdominal intenso, similar a una
contracción muy fuerte, dolorosa y duradera, que no
disminuye de intensidad y que no desaparece.
4. Si dejas de percibir movimientos fetales.
5. Si aparece fiebre (superior a 38°) de causa desconocida.
En general debes acudir a tu
centro hospitalario ante la
presencia de signos o síntomas
anormales que no cedan y que te
produzcan malestar general.
2.2.3. EN EL HOSPITAL
Una vez en el hospital serás recibida por el personal sanitario que determinará si estás o no de parto.
Es muy importante que lleves el “Documento de Salud de la Embarazada”, el Documento de Consentimiento
Informado y la última analítica para la analgesia.
En la sala de exploración, te harán un reconocimiento, es decir, una exploración vaginal para conocer el estado del
cuello del útero y si existe dilatación. También se escucharán los latidos cardíacos fetales y puede que te hagan un
control de las contracciones uterinas. Esta prueba se llama monitorización, es totalmente indolora y suele durar entre
veinte y sesenta minutos.
Si se comprueba que aún no estás de parto, serás dada de alta. Deberás acudir al hospital de nuevo cuando vuelvas
a sentir los síntomas de inicio del parto o cuando percibas alguno de los signos de alarma.
Si por el contrario el parto se ha iniciado, quedarás
ingresada y debes manifestar tu deseo de recibir
algún tipo de tratamiento para el dolor.
El personal sanitario se encargará de explicarte en
qué etapa del parto te encuentras y cuál va a ser el
proceso que se siga a continuación. No dudes en
plantearle todas tus dudas y preocupaciones y
sigue sus consejos.
A continuación te pasarán a la “Sala de Dilatación” y
allí permanecerás hasta que se complete esta fase del
parto. Si no hay motivos que lo impidan podrás estar
acompañada por un familiar o por una persona de tu
entorno que tú elijas.
Te realizarán exploraciones vaginales para comprobar
cómo evoluciona la dilatación y también te pueden realizar
nuevas monitorizaciones. Estas pruebas no se
realizan a todas las mujeres de la misma forma, ni en los
mismos períodos de tiempo.
En cuanto alcances la dilatación completa, te llevarán a la “Sala de Partos” o “Paritorio”. Contigo entrarán en
paritorio varios profesionales sanitarios y, excepto en
partos especiales, también un acompañante que será quien tú hayas elegido (tu pareja, un familiar…).
En el paritorio te colocarán en una mesa ginecológica y
te prepararán para el parto. Puede que te pongan un
suero (si no se hizo durante el período de dilatación) para
compensar la pérdida de líquido y también alguna medicación
para acelerar o regularizar las contracciones o
para aliviar el dolor. Si no has recibido analgesia o esta
ha sido insuficiente puedes solicitarla en este momento
para lo que queda del parto.
Cuando todo haya pasado, te trasladarán a ti y a tu bebé a
una “Sala de Postparto o de Observación”. Si es posible
estarás acompañada por la misma persona que te acompañó en el parto. En esta sala permanecerás junto a tu
recién nacido o recién nacida unas dos horas en las que
podrás iniciar la lactancia materna.
Te harán una serie de exploraciones, como tomar
la tensión arterial o vigilar el sangrado vaginal, para comprobar que la evolución del postparto es
normal.
Finalmente pasaréis a vuestra habitación en el
Hospital.
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