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Embarazo y parto. Recomendaciones para madres y padres
Capítulo VIII
2. PARTO
2.1. Los días previos al parto
2.2. Inicio del parto
2.2.1. ¿Estoy de parto?
2.2.2. Cuándo acudir al Hospital
Situaciones normales
Situaciones de alerta
2.2.3. En el Hospital
2.3. Fases del parto
2.3.1. Período de dilatación
Borramiento del cuello
Dilatación
2.3.2. Período expulsivo
2.3.3. Período de alumbramiento
2.4. Partos especiales
2.4.1. Parto provocado o inducido
2.4.2. Parto instrumental
2.4.3.Cesárea
2.5. Analgesia y anestesia durante el parto
2.5.1.Analgesia
2.5.2.Anestesia
Técnicas de anestesia local y regional
Anestesia general
2.6. El papel del acompañante
2.7. Primer contacto con el bebé
2.7.1. La primera exploración
2.7.2. La identificación del recién nacido
2.7.3. El aspecto del recién nacido
2.7.4. Inicio de la lactancia
2.8. La lactancia
2.8.1. Lactancia natural
La postura para dar el pecho
Cómo ayudar al bebé a cogerse al pecho
Extracción y conservación de la leche materna
2.8.2. Lactancia artificial
La postura para dar el biberón
La preparación del biberón
2.6. El papel del acompañante
El Decreto 101/1995 recoge el derecho de la embarazada a estar acompañada por una
persona de su confianza durante el preparto, el parto y el postparto.
La mayoría de las mujeres quieren que sea su pareja quien la acompañe en tan importantes
momentos, pero alguna prefiere que sea otra persona quien lo haga.
La pareja, y en su caso la persona que la embarazada elija, tiene un importante
papel durante todo el proceso del parto que consiste fundamentalmente en apoyarla
creando un clima de tranquilidad, dándole confianza en su capacidad para controlar esta
situación, animándola y compartiendo con ella los momentos más difíciles.
Trata de respetar sus
deseos y
necesidades ya
que ella estará soportando
mucha tensión,
lo que hace que
no resulte fácil
tu papel de
acompañante
En la fase de dilatación, en casa, la pareja u otro acompañante
puede medir la duración y frecuencia de las contracciones
(aunque no de manera obsesiva). Es muy aconsejable acariciar
en el cuello, espalda, piernas, pies, etc. Puede ayudarla a que
respire y se relaje adecuadamente, y ser comprensivo si ella
está nerviosa, irritable o especialmente sensible.
Una vez en el Hospital, seguirá acompañándola en la sala de
dilatación, si las circunstancias lo permiten. Puede que en
algún momento de esta fase ella desee estar tranquila,
incluso sola, si esto ocurre, debe ser comprendida y no sentir
rechazo.
Debes intentar que la futura madre se relaje: secándole el
sudor, ayudándola a mantener ciertas posturas, no tocándola
si te ha pedido que no lo hagas. Si ves que empieza a quejarse
o pujar informa inmediatamente al personal sanitario
que atiende el parto. Es posible que la dilatación haya
terminado.
Puede que sientas cierto reparo en presenciar el parto, pero si
estás informado sobre cómo se desarrolla, y éste transcurre con
normalidad, será una experiencia muy gratificante para ambos.
Ella se sentirá apoyada y los dos compartiréis la vivencia
del nacimiento de vuestro hijo o hija.
Si en algún momento el personal sanitario te indica que debes
abandonar la sala de partos, no dudes que eso es lo mejor
para todos.
2.7. Primer contacto con el bebé
Tras nueve meses de imaginarte a tu hijo o hija ya lo tienes delante. Es
el momento de empezar a disfrutar.
Si es posible, el personal sanitario colocará al bebé sobre tu pecho.
A través del contacto piel a piel y del sonido de vuestras voces os comunicáis
con vuestro hijo o hija. Tocar, acariciar y hablar al bebé permite
establecer el vínculo que en adelante os va a unir.
¡Ya está aquí!
La alegría de
verlo compensa
el esfuerzo del
parto.
Al bebé le gusta sentirse acariciado y
abrazado, y pronto reconocerá la voz, el
olor y las caricias de sus progenitores.
El contacto físico con vuestro
hijo o hija es un estímulo
vital para su correcto desarrollo.
2.7.1. LA PRIMERA EXPLORACIÓN
Tras este primer contacto con tu hijo o hija, el médico o la médico pediatra
realiza la primera exploración al recién nacido, denominada Test de
APGAR, que consiste en el examen del color de la piel, ritmo cardíaco o
pulso, respiración, tono muscular y reflejos.
Este test, que se repite de nuevo a los cinco y, a veces, a los diez minutos,
permite valorar el estado de vitalidad del recién nacido.
Los resultados de estas exploraciones se registran en la historia clínica y
en el Documento de Salud Infantil.
2.7.2. LA IDENTIFICACIÓN DEL RECIÉN NACIDO
Después de esta exploración, se pesa, se limpia y una vez seco y vestido,
en el mismo paritorio, se realiza su identificación.
Los Hospitales tienen establecido un sistema
de identificación del recién nacido que consta de:
• Colocación de pulseras a la madre y al recién nacido.
• Tarjeta de identificación, que se entrega a la pareja o familiar.
• Toma de muestra sanguínea de la madre y del cordón del recién nacido, con el consentimiento informado de la madre, por si
fuese necesario un análisis genético.
2.7.3. EL ASPECTO DEL RECIÉN NACIDO
El recién nacido suele pesar entre 3 Kg.- 3,5
Kg. y mide alrededor de 50 cm.
El color de su piel es rojizo o amoratado.
También puede tener una capa de vérmix o
grasa blanca que es protectora e hidratante,
y un fino vello por algunas partes del cuerpo.
Su cabeza es grande y puede estar deformada
por la presión que soporta en el parto,
deformación que se corrige por sí sola a los
pocos meses. Los huesos del cráneo no están
aún terminados de cerrar y forman unos huecos
llamados “fontanelas”.
El tamaño del tórax es pequeño en relación
a su vientre abultado. Algunos bebés pueden
tener las mamas hinchadas e incluso segregar
unas gotas de leche por influencia de las
hormonas de la madre. Esto es normal y nunca se deben presionar, desaparecerá espontáneamente con el paso del
tiempo.
Los genitales están inflamados y algunas niñas pueden manchar de color rosado el pañal, debido también a las hormonas
de la madre. Es pasajero y no debes asustarte.
Las extremidades, generalmente se mantienen dobladas.
Las deposiciones (cacas) de las 24-48 horas primeras, son negras y muy espesas y reciben el nombre de meconio.
Posteriormente, las deposiciones serán de color verde-amarillentas y finalmente pasan a ser amarillas.
2.7.4. INICIO A LA LACTANCIA
El mejor momento para iniciar la lactancia materna es en la
primera hora de vida. Si ha nacido mediante cesárea, en
cuanto la madre se despierte.
Tras el primer contacto piel con piel nada más nacer, conviene
secar al bebé y dejarlo junto a su madre. Las rutinas
habituales (pesar, dar vitamina K, identificar) se pueden
posponer un poco.
En ese momento el bebé suele mostrarse activo interesado
en mamar.
Dispone de dos reflejos innatos que lo facilitan:
de búsqueda y de succión.
A veces suele ser necesario un poco de ayuda para que el
bebé coja el pecho (especialmente si la madre ha estado
sedada o si es su primera experiencia de crianza).
El calostro, un líquido amarillento y espeso, muy rico en
proteínas y en defensas, alimenta bien al bebé durante los
primeros días, aunque sea en pequeñas cantidades.
Las primeras
dos semanas es deseable garantizar un mínimo de
10 – 12 tomas al día, para que se produzca la “subida de la
leche” y el bebé pierda poco peso.
Para facilitar el inicio y
continuidad de la lactancia, es
muy importante que el bebé esté permanentemente junto a su
madre desde el momento del
nacimiento.
2.8. La lactancia
2.8.1. LACTANCIA NATURAL
La mayoría de las mujeres son capaces de alimentar a su bebé de forma natural y gran parte de las dificultades que
puedan surgir durante la lactancias tienen una fácil solución.
Algunas claves para el éxito de la lactancia materna son:
• Poner al bebé al pecho en las primeras horas
siguientes al parto.
• Asegurarse de que está bien cogido al pecho y de
que succiona de manera eficaz. Para obtener leche al
mamar, el bebé debe abarcar con su boca una parte de la
areola y realizar movimientos rítmicos con la mandíbula
inferior y con la lengua. Si solo coge el pezón, recibe muy
poca leche y puede causar dolor a la madre.
• Dar el pecho a demanda: Esto quiere decir que hay
que atender a las señales del bebé sin tener en cuenta el
reloj. Es deseable ponerle a mamar cuando empieza a
moverse, a girar la cabeza o a chuparse las manos.
Cuando el propio bebé se retira del pecho, se duerme o
deja de succionar, la mayoría de las veces indica que ya
está saciado. Hay que estar atentos a que la succión sea
eficaz, especialmente las 2-3 primeras semanas. Un
horario rígido suele contribuir a que fracase la lactancia.
• No conviene dar chupetes hasta que la lactancia esté bien establecida.
• No dar biberones ni suero. El bebé que toma el pecho
a demanda no necesita ingerir ningún otro líquido (ni
siquiera agua). En caso de que sea necesario algún suplemento,
es preferible dárselo con vaso o cucharita.
Leche materna,
cuanto antes, mejor
• Cuantas más veces se dé el pecho, mayor será la producción de leche. Este proceso de autorregulación en lap roducción de la leche es lo que explica que la madre de gemelos produzca el doble de leche que la madre de un
solo bebé. También es esta la razón por la que si el bebé usa chupete o toma biberones, la producción de leche de
su madre tiende a disminuir
• Es importante que el bebé reciba la leche con más grasa que sale al final de la toma. Para ello es conveniente dejar que
mame un solo pecho todo el tiempo que desee. Si queda satisfecho, quizás no sea necesario darle el segundo.
• Es normal y deseable que el bebé mame muy frecuentemente los primeros días. Más adelante tenderá a espaciar
las tomas, aunque puede haber etapas en las que necesite comer más a menudo.
La postura para dar el pecho
• LA MADRE:
Hay muchas posturas diferentes para dar el pecho. Cada mujer puede experimentar varias y elegir la que le sea más cómoda para ella. La más
clásica es sentada, que será más confortable si la espalda está bien apoyada
y los pies un poco elevados. Dar el pecho en la cama es fácil y
agradable
• EL BEBÉ:
Para que el bebé este también cómodo, conviene que su cuerpo esté frente al de la madre (“tripa con tripa”), para que no necesite girar la
cabeza. Y cuidar que la boca quede a la altura de la areola.
Madre y bebé deben estar
cómodos durante las tomas.
Cómo ayudar al bebé a cogerse al pecho
• Sujetar al pecho por debajo de la palma de la mano. El pulgar quedará por encima de la areola (en forma de C).
• Se puede elevar un poco el pecho para facilitar que el bebé se agarre y cuando ya empiece a succionar bien, se puede soltar.
• Si se roza ligeramente el labio superior del bebé con el pezón tiende a abrir mucho la boca. Ese es el momento de introducir el pecho en su boca
• Se debe observar que los labios del bebé están bastante abiertos, y vueltos hacia fuera. Que el pezón y parte de la areola están dentro de su boca. Y que el bebé mueve rítmicamente la lengua y la mandíbula inferior.
Extracción y conservación de la leche materna
EXTRACCIÓN:
Hay diversas circunstancias en las que la madre puede necesitar sacarse la leche, entre ellas:
• Si el bebé ha de estar separado de su madre por ser prematuro o estar enfermo.
• Para aliviar los pechos cuando están demasiado llenos de leche.
• Para mantener la secreción de leche, cuando temporalmente no es posible amamantar.
• Para extraer la leche cuando no es posible dar el pecho en una toma determinada.
• Cuando la madre se incorpore al trabajo.
La extracción de leche puede hacerse de forma manual o con una bomba extractora. Antes de manipular el pecho, conviene lavarse las manos. En cambio no es necesario lavarse el pecho. Es suficiente con la ducha habitual.
Los sacaleches de palanca o jeringas son eficaces y cómodos. Algunos modelos portátiles son eléctricos. No es recomendable el modelo clásico “de pera”.
Para algunas mujeres es más cómodo extraerse la leche de forma manual.
CONSERVACIÓN:
La leche materna extraída se puede usar directamente o bien se puede conservar en el frigorífico o incluso en el congelador.
Para mantener inalterados los componentes dela leche materna, se recomienda descongelarla a
temperatura ambiente o calentarla bajo un chorro de agua templada o al baño maría, agitándola
a menudo. No se debe poner directamente
al fuego ni en el microondas.
2.8.2. LACTANCIA ARTIFICIAL
A veces la madre no puede o no desea amamantar
a su bebé y debe recurrir a la lactancia artificial.
Para ello se dispone de fórmulas adaptadas, cuya
composición se acerca a la de la leche materna.
Para sustituir a la de la madre solo deben usarse
este tipo de preparados. No se debe ofrecer al
bebé leche de vaca o condensada hasta que tenga un año como mínimo.
En las revisiones de salud del bebé se suele indicar la cantidad y frecuencia de las tomas, pero serán recomendaciones
flexibles. Los progenitores deben adaptarse a las necesidades específicas y al ritmo de su bebé.
• EL AGUA
El bebé que se alimenta con fórmula artificial necesita beber agua, sobre todo en época de calor. Para evitar que pueda deshidratarse, se le ofrecerá de vez en cuando un poco de agua, con una cucharilla o en el biberón.
La postura para dar el biberón
• Los progenitores u otra persona :
En postura cómoda, preferiblemente sentado y con la espalda apoyada.
• El bebé:
Conviene que la parte superior de su cuerpo esté ligeramente elevada para evitar que se atragante.
El biberón se debe coger inclinado, para que la
tetina esté totalmente llena de leche y el bebé no
tome aire.
La preparación del biberón
• Lávate las manos a fondo antes de tocar el biberón, la tetina.
• Echa en el biberón la cantidad de agua necesaria. El agua de la red se debe hervir no más de 2 minutos. Si se usa agua embotellada, no debe ser mineralizada.
• Se templa el agua y se añade la fórmula (leche infantil en polvo). Es importante respetar las proporciones que se indican en las revisiones de salud.
• Las medidas deben ser rasas.
• Tapa el biberón y agita fuertemente hasta que la leche en polvo quede bien disuelta.
• Se debe comprobar que la leche sale bien y a la temperatura adecuada, volcando el biberón sobre la cara interna de la muñeca.
• Después de dar el biberón al bebé, se lava la tetina y el biberón, eliminando los restos de leche con un cepillo que llegue bien al fondo.
• Biberones y la tetinas se deben esterilizar hirviéndolos en una olla con agua durante 10 minutos. También pueden esterilizarse en frío, añadiendo al agua productos químicos adecuados, de venta en farmacias.
El momento de la alimentación del bebé es
una oportunidad para fortalecer la vinculación
afectiva con él, de tanta importancia
para su desarrollo.
El bebé se alimenta no solo de
leche, sino también de
caricias y de palabras, es decir,
del afecto y la estimulación que
recibe en cada toma.
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